Estamos viendo que las inversiones en marketing de contenido aumentan constantemente a medida que más marcas dirigen su mirada hacia nuevos formatos que fomentan la participación del público.
Pero hay un problema latente en todo este contenido y más específicamente con el vídeo. Las marcas, las empresas, los comunicadores y los anunciantes, están lanzando cada vez más contenido en vídeo y sin embargo, a toda esta actividad le falta un factor clave de valor que hace que el rendimiento no sea el deseado.
Comprendamos este problema. En tu tiempo libre, ¿con qué frecuencia estás viendo vídeos en una sola pantalla? , o ves la tele a la vez que la tableta o el teléfono.
¿Con qué frecuencia sabes que estás dando el 100% de tu atención al contenido en vídeo que se te muestra? ¿podrías recordarlo unos días después?
Hubspot descubrió que el 78% de las personas ve vídeos online todas las semanas y el 55% todos los días. En Youtube, los usuarios ven más de mil millones de horas de contenido cada día. A finales de este año, Cisco predice que habrá cerca de 1 millón de minutos de vídeo cruzando Internet por segundo.
Estos números no sólo son grandes, sino que aumentan rápidamente. La plataforma de JW Player ha compilado datos de toda su red, siguiendo un aumento del 40% en el consumo general en los últimos 30 días. Mirando estos números, estamos comenzando a obtener una imagen de que el consumo de vídeo, a nivel mundial, es enorme.
Probablemente algo que muchos de nosotros ya sabíamos. El problema es que no solo es enorme, sino que está increíblemente desfocalizado. Un estudio realizado por eMarketer mostró que aproximadamente 180.8 millones de adultos en los Estados Unidos, o el 70.1% de la población total, usarán regularmente otro dispositivo digital para navegar en línea mientras miran la televisión en 2020, un 4.2% más que en 2017, llegando a 187.1 millones a finales de 2020. Según un informe de CivicScience en marzo del año pasado, incluso el contenido de cine y televisión más atractivo no pudo captar la atención de casi la mitad de los adultos.
La solución es captar la atención del usuario mediante la interacción, hacerle partícipe del diálogo, bien porque tiene que contestar, elegir o decidir… y en ese momento pasa a ratios de permanencia altísimos, ratios de engagement que superan con creces al vídeo habitual.
Después de 2 años trabajando en este formato lo vemos claramente y las analíticas no mienten.